Martín Miguel de Güemes.
La acción de este caudillo, tan apreciado por San Martín y Belgrano, tiene una importancia extraordinaria en la historia hispanoamericana porque, al frente de sus paisanos, frenó el avance de los ejércitos realistas después que las tropas revolucionarias fueron batidas en Vilcapugio, Ayohuma y Sipe-Sipe. Fue el heroico Güemes, verdadera figura de leyenda, el bravo guerrillero que sublevó la tierra y que, merced a su coraje legendario, logró contener a las tropas vencedoras que mandaban Pezuela, La Serna y Olañeta. La frontera argentina llega hasta Jujuy debido a la acción y presencia de este caudillo y de sus valientes paisanos, cuya gesta señaló precisamente los límites con Bolivia.
Los Güemes, o Güemez, eran de ascendencia española; el apellido parece ser de origen vasco y la palabra significa linderos, expresión que viene al pelo para señalar la labor del héroe. La familia procedía de Güemes, lugar del ayuntamiento de Bareyro, partido de Santoña, en la provincia de Santander, Martín Miguel Juan de la Mata Güemes nació en Salta el 7 de febrero de 1785, hijo del español Gabriel de Güemes Montero, tesorero de las cajas reales de Jujuy, hombre cuitó y rico, y de Magdalena Goyechea, americana. Era don Martín un perfecto español-americano que en los acontecimientos de 1810 se pronunció de inmediato por la independencia.
Se cree que el joven Güemes realizó sus estudios primarios en la escuela que los jesuítas habían poseído én Saltá, y que asistió a los cursos del Real Colegio Convictorio Carolino de Buenos Aires; se afirma también que estudió filosofía con su ilustre paisano, el cultísimo jurista Manuel Antonio de Castro. Sin embargo, su destino no le llevó a la vida silenciosa y tranquila del estudio en la grata compañía de los libros; sí a la política y militar, dura, activa y tumultuosa; al trato frecuente con sus paisanos, a quienes alistó en las filas de la revolución desde los primeros días. Este es un caso qúe merece ser comparado con el del célebre José Antonio Páez, quien llevó los llaneros a las filas de la revolución no obstante haber acompañado hasta entonces a los españoles José Tomás Boves y Tomás Morales. Güemes, que desde el primer momento se pronunció contra los realistas, desde el primer día arrastró a sus paisanos al partido de los independientes.
En 1799 figuraba alistado en el regimiento de Infantes de Buenos Aires, cuyo tercer batallón estaba acuartelado en Salta. En 1806 abandonó la provincia con motivo de las invasiones inglesas. En la capital llamó la atención de Liniers por sus rasgos varoniles, por su conducta prudente y por su prestancia señorial en el vestir. El virrey le designó edecán. En tal carácter asistió a la captura del buque inglés «Justina» que, debido a una brusca bajante del Río de la Plata, había varado en el canal de acceso a Buenos Aires.